- Autor, Adam Taylor
- Título del autor, The Conversation*
A menos que te hayas saltado la clase de educación sexual, probablemente tengas al menos un conocimiento básico de cómo se hacen los bebés.
Un óvulo necesita ser fertilizado por un espermatozoide durante una ventana precisa en el ciclo menstrual para que se produzca la vida.
Las relaciones sexuales proporcionan condiciones óptimas para la reproducción. Pero eso no significa que todos los embarazos ocurran de esta manera.
También hay ejemplos de mujeres que conciben en circunstancias extremadamente raras que uno esperaría que fueran imposibles.
1. Por sexo anal
Si bien los casos de embarazos como resultado del sexo anal son increíblemente raros, ocurren. Pero solo han ocurrido en personas que tenían una anomalía reproductiva llamada malformación cloacal.
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Esta anomalía se presenta en una de cada 50.000 niñas y requiere cirugía correctiva.
Sin embargo, aún después de ella existe una alta probabilidad de que derive en complicaciones como insuficiencia renal, incontinencia, dificultad para quedar embarazada y mayor riesgo de parto prematuro.
Una cloaca es un “orificio común” para orinar, defecar y reproducirse. Se observa habitualmente en reptiles, aves e incluso en ornitorrincos.
En los seres humanos, el tejido crece hacia abajo y divide la cloaca en dos o tres aberturas, según el sexo. Pero en casos raros, este tejido no logra separar por completo el recto de la cavidad vaginal.
Cuando esto sucede, puede suceder que los espermatozoides naden a través de cualquier abertura en la pared de tejido divisorio hacia el óvulo para fertilizarlo. El óvulo fertilizado normalmente se implantará en el útero, como de costumbre.
Si te preguntas por qué los espermatozoides no continúan nadando hacia arriba por el recto, es porque funcionan por quimiotaxis. Esto significa que pueden detectar trazas de sustancias químicas que produce el óvulo.
A medida que los espermatozoides nadan hacia el óvulo, la cantidad de estos “quimioatrayentes” que detectan aumenta, lo que les indica que deben continuar viajando en la dirección correcta.
2. A través del sexo oral (y una discusión muy acalorada)
La tenaz capacidad del espermatozoide para llegar hasta el óvulo tal vez quede demostrada más que nunca en uno de los casos más extraños registrados en la literatura médica.
Una mujer que nació sin vagina acudió al médico quejándose de un dolor abdominal intermitente que, en muchos sentidos, imitaba las contracciones.
Investigaciones posteriores realizadas por los médicos revelaron que había un feto dentro de su útero y que el dolor de la mujer se debía a que estaba de parto.
El bebé nació inmediatamente por cesárea.
El coito estaba descartado como método de concepción. Pero exactamente 278 días antes, ella había sido ingresada en el hospital con heridas de arma blanca en el estómago. Las heridas eran el resultado de una pelea con cuchillo entre ella, su celoso ex y su nueva pareja.
Resultó que justo antes de que ocurriera la pelea con cuchillo ella había practicado sexo oral a su nueva pareja.
Por lo tanto, cuando se realizó la cirugía para reparar sus heridas en el estómago, potencialmente se colaron los espermatozoides que aún existían alrededor de su cavidad abdominal, lo que les permitió migrar hacia el óvulo y fertilizarlo.
No es extraño que haya espermatozoides en la cavidad peritoneal (el espacio entre los órganos abdominales y la pared corporal). Esta cavidad contiene un líquido especial que ayuda a que los órganos se muevan cuando pasa la comida.
Y las investigaciones han demostrado que este líquido también puede favorecer la supervivencia del esperma, permitiéndole viajar a través de esta cavidad hasta el óvulo.
3. Embarazos “por salpicadura”
El “embarazo por salpicadura” es otra forma en la que una persona puede quedar embarazada sin haber tenido relaciones sexuales.
Como sugiere el nombre, si el semen salpica los genitales externos, los espermatozoides pueden llegar a la vagina y nadar hacia los ovarios.
Este tipo de embarazo es muy poco probable, ya que los espermatozoides no sobreviven más de media hora fuera del cuerpo. Si bien los sanos nadan a una velocidad de hasta 5 mm por minuto, solo sobreviven durante un período de tiempo limitado (hasta cinco días en los genitales de las mujeres).
De los cientos de millones de espermatozoides que se eyaculan en la vagina durante el coito, donde las condiciones son ideales, solo entre 200 y 300 llegan al óvulo. Es fácil entender por qué los embarazos por salpicadura son tan poco frecuentes.
No es posible que se produzca un embarazo por salpicadura de esperma en el agua del baño o en bañeras de hidromasaje, ya que el agua dispersa el esperma y diluye el líquido seminal que normalmente lo protege de los genitales internos de la mujer y del mundo exterior.
Los productos químicos como el cloro en el agua también matan rápidamente el esperma.
4. Embarazo doble
El cuerpo tiene un mecanismo que impide que se produzcan embarazos mientras una mujer ya está embarazada.
Esto es así incluso en el caso de las mujeres que nacen con dos úteros, ya que estos mecanismos trabajan arduamente para evitar que se produzca un segundo embarazo.
Las hormonas impiden la ovulación y producen un tapón mucoso espeso que cubre el cuello uterino para impedir que los espermatozoides viajen hacia el útero en dirección al ovario.
Pero un fenómeno, llamado superfetación, echa por la borda esas reglas.
Este proceso hace que se manifieste un segundo embarazo mientras el primero ya está progresando.
Es un fenómeno tan raro que los científicos no comprenden del todo cómo ocurre. La mayoría de los casos registrados han sido en mujeres que utilizaron fertilización in vitro.
Los dos embarazos suelen producirse muy cerca uno del otro, normalmente con una diferencia de dos a cuatro semanas entre el primero y el segundo. Esto significa que los bebés pueden nacer al mismo tiempo, como gemelos.
Aunque hay una diferencia de edad gestacional, la mayoría de estos embarazos progresan normalmente sin complicaciones más allá de las que se observan de forma más amplia.
Estos ejemplos son, por supuesto, extremadamente raros, por lo que probablemente no debes preocuparte demasiado. Pero si no buscas quedar embarazada pronto, asegúrate de usar métodos anticonceptivos.
*Adam Taylor es profesor y director del Centro de Aprendizaje de Anatomía Clínica, Universidad de Lancaster, Reino Unido.
*Este artículo fue publicado en The Conversation y reproducido aquí bajo la licencia creative commons. Haz clic aquí para leer la versión original.
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